La implementación de los nuevos requisitos fronterizos estaba prevista para el 1 de julio y se atrasa hasta finales del 2023
El Gobierno británico pospone la introducción de controles aduaneros a las importaciones provenientes de la UE previstas para el 1 de julio. Es la cuarta vez que el Reino Unido atrasa la implementación de estos requisitos, la última vez tuvo lugar a mediados de septiembre. Según declaraciones recogidas por la BBC del secretario de Estado sobre Oportunidades del Brexit, Jacob Rees-Mogg, “sería un error imponer nuevas cargas administrativas y arriesgarse a sufrir trastornos en los puertos” en un momento caracterizado por el aumento de precios energéticos y de costes en general.
De esta manera, ha señalado Jacob Rees-Mogg, el atraso de estos controles ahorrará a las empresas británicas “hasta 1.000 millones de libras (1.188 millones de euros) en costes anuales”. Ha añadido que los nuevos requisitos aduaneros hubiesen incrementado los precios “de manera significativa” y que el Gobierno de Reino Unido “está intentando reducir costes”. Por esta razón, en otoño se publicará un Modelo Operativo Objetivo que establecerá los nuevos controles fronterizos de importación para finales de 2023.
Cabe destacar que los controles introducidos a partir del 1 de enero de 2022 seguirán en vigor. Por el contrario, no se introducirá el requisito de nuevos controles sanitarios y fitosanitarios (SPS) en las mercancías importadas desde la UE actualmente en destino, que se trasladará al puesto de control fronterizo (BCP). Asimismo, la exigencia de declaraciones de seguridad y protección de las importaciones de la UE se ha dejado en suspenso, así como las prohibiciones y restricciones a la importación de carnes refrigeradas procedentes de la Unión Europea.